Angelo Lopez
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En La Sala con Jesús para Miércoles 25 Septiembre ¿Cómo Oramos? ¿Cuál es nuestra Misión?

Hoy En La Sala con Jesús con la colaboració de el Padre Pedro Brassesco en Evangelio y Reflexión y este servidor les traemos la descripción de la misión y qué nos ofrece la oración .
Esdras 9,5-9: Dios no nos abandonó en la esclavitud. Esdras implora el perdón de las faltas de Israel en una plegaria que demuestra una piedad ardiente y da gracias por el retorno del «resto» vaticinado por los profetas. El poder de la oración es grande. Dios está siempre atento a nuestra oración. Los Santos Padres han tratado muchas veces de la oración. Así, Clemente de Alejandría:

«La oración es una conversación con Dios. Sin que se oiga la voz y aun sin mover los labios estamos clamando en el fondo de nuestro corazón; el Señor oye las súplicas que le dirige nuestro corazón. Para orar, levantamos la cabeza y las manos al cielo, nos esforzamos a arrancar de la tierra nuestro cuerpo, elevando nuestra alma con las alas del deseo de los bienes eternos hasta el santuario de Dios; y mirando con los ojos de un espíritu sublime, consideramos como inferiores a Él los lazos de nuestra carne; como dignos de desprecio siempre que se opongan a la vida eterna» (Pedagogo 17).

Como Salmo responsorial se nos ofrece la oración de Tobías 13: «Bendito sea Dios que vive eternamente. Él azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él. No hay quien escape de su mano». En medio de nuestras dificultades y amarguras debemos darle gracias, proclamar su grandeza. Él es nuestro Dios y Señor, nuestro Padre por los siglos de los siglos... Anunciamos su grandeza y su poder. Convirtámonos y obremos rectamente en su presencia. Él nos muestra siempre su benevolencia y tiene constantemente compasión de nosotros. Oremos con fe, con humildad, con entera confianza.
Proverbios 30,5-9: El Señor nos da lo que necesitamos. Pidamos continuar firmemente en el recto camino de la virtud. Ni riqueza ni pobreza. Lo que necesitamos. Para esto tener confianza en Dios. La inseguridad nace cuando se debilita nuestra fe, y con la debilitación de la fe llega la desconfianza. Jesucristo es siempre nuestra seguridad.
Lucas 9,1-6: Envía sus discípulos a proclamar el Reino de Dios. Escuchemos a San Ambrosio:

«Si se quiere puede entenderse esto en el sentido siguiente: este pasaje parece tener por fin formar un estado de alma enteramente espiritual, que parece se ha despojado del cuerpo, como de un vestido, no solo renunciando al poder y despreciando las riquezas, sino también apartando incluso los atractivos de la carne» (Tratado sobre el Evangelio de San Lucas lib. VI,65).

Avancemos superando todo obstáculo en el camino de la santificación, con la mirada fija en Dios, que cuida de nosotros como un Padre amoroso. Recuerda invita a tus contactos, amigos y familiares a que escuchen la Gran Noticia de la Hora y Siempre, La Palabra de Dios, por radioluzdecristo.org de 10AM a 12PM.Dios los bendiga, Angelo.